El club experimenta un crecimiento espectacular
Los evasores argentinos, el arma del club entre 1998 y 2000, están en la isla, mientras que su hijo, Agustín, participa en el evento del club.
Al revisar la lista de nombres de primeros nombres de la Academia de Verano CBGC, uno se encuentra con uno que brilla con fuerza y automáticamente se viste esa mañana en Maritime Avenue. Nacido en 2009, Agustín es uno de los participantes en este evento internacional organizado por el club. ¿Su apellido? Racca. Sí, como el de los Argentine Stragaves of the Pampa, que fue maravilloso entre 1998 y 2000, a los fanáticos de Grancanaria en el centro. Jorge, su padre, es uno de esos jugadores que permaneció en la memoria de la parroquia clarética.
«Recuerdo el pabellón superior», Pío Pío «en un CID para explotar, lo que nos permitió ganar los juegos en los últimos minutos», dice Jorge Racca. «La gente comenzó a nevar, fue un pabellón muy ruidoso y cómodo. Recuerdo que muchos juegos contra Barcelona, Real Madrid o Valencia» El mundo y la Copa Olímpica con albicete y llave en ese curso 99/00 en el que se hicieron las primeras clasificaciones en Copul del Rey y el playoff.
RACCA solo puede sorprenderse cuando descubres los aspectos de Arena Gran Canaria. «El crecimiento fue increíble, espectacular. El club sigue de forma remota, pero con la cara actual, dice, mientras agrega que «entrar en esta bandera, ver la organización que tienen, siendo 30 años seguidas en ACB y desafiando lo anterior … Vi los inicios y es un orgullo ver cómo se consolidó y yo era parte de la historia cuando comenzó.
Su búsqueda en los canales de comunicación del club lo hizo descubrir la academia de verano CBGC. «Cuando vi que esta academia parecía espectacular para que mi hijo aprendiera qué es una organización de élite, el aprendizaje que doy, cómo hacer la carrera de un jugador», explica. «Por eso hice Miles, porque vivía en Coruña y vine aquí».
El ex jugador argentino se dirigió a los niños y niñas de la Academia de Verano CBGC para hablar sobre su carrera, la importancia del trabajo de verano y lo que significa ser un jugador de baloncesto profesional. Escuchó atentamente a su hijo Agustín, quien, en solo unas horas de evento, ya sabe que es «una experiencia para ganarse la vida. Estar con colegas de todos los países, comunicarse con ellos. La capacitación lo acerca a una carrera profesional, es algo que queda para una vida».
Agustín, nacido en 2009 en tierras galleñas, se define como un «alero que le gusta tirar de tres después del bote o tirar la suspensión después de saltar al carro». Aparte de la cámara, su padre Jorge está bromeando porque a su hijo le gusta «atacar el círculo más y ser más incisivo, tiré mucho más desde el exterior».
Dos temporadas, pero un recordatorio de un Jorge Racca, que dependía de Triple y Courge, ganó un agujero en el corazón de todos los fanáticos de Clari que llenaron las gradas del Centro de la Isla en esos domingos de 98, 99 y 2000. Una impresión que, dada la presencia de su hijo en el evento del club, terminó.
